Cuando hablamos de una metodología, una estrategia o una acción, siempre buscamos la manera de ser óptimos y rápidos en la entrega de soluciones; pasa el tiempo, se renuevan las tecnologías y las áreas de TI siguen llenándose de herramientas para ser más veloces, pero en ese dinamismo en esas ganas de aprender y ser «mejores» podemos perder objetivos que siempre deben primar por encima del ímpetu que nos caracteriza. . .  Uno de esos objetivos es nada más y nada menos que el «cliente» esa persona o figura que vemos como simplemente la que paga el servicio o dice «no me gusta», «no me sirve».

Nos hemos preguntado alguna vez ¿quién es nuestro cliente?, ¿qué quiere verdaderamente el cliente?, ¿estamos solucionando con nuestro día a día lo que el cliente necesita?, ¿qué necesita el cliente? o simplemente, ¿nuestro cliente es feliz?

No es que vamos a pasar de ser consultores de TI a terapeutas de crecimiento espiritual, esa labor es de otras personas (demasiado importante también), pero si debemos cambiar nuestra concepción mental de la palabra “cliente” en nuestro día a día.

Cuando aparece el término “DevOps” en nuestro mar de conceptos tecnológicos, algo que también nos pasó en la compañía, es que vemos primero un panorama DevOps con tanto concepto en su interior y muy nuevo para nuestras culturas de TI que solo tiene la tendencia a solucionar problemas, pero olvidamos uno de sus principios (solo por pensar en AUTOMATIZAR), y es “Acción centrada en el cliente». LEAN dice que queremos minimizar los desperdicios y desde el agilismo y ser óptimos en nuestros procesos, todo esto es de cara al cliente; ¡oh!, entonces DevOps no es solo automatizar, ya va siendo trillado seguir hablando de eso ¿verdad?
Pero bueno y ¿quién es el cliente? Si tomas de Internet una frase dice:
“Un cliente es la persona o empresa receptora de un bien, servicio, producto o idea, a cambio de dinero u otro artículo de valor.”
Entonces podríamos pensar que en el día a día tenemos muchos clientes, también puede ser nuestro jefe un cliente, ¿no? o bueno el compañero al cual le voy a entregar un reporte o informe para que el continúe con su oportuna y buena gestión ¿no?
En algunas ocasiones (por no decir casi siempre) vemos la palabra “cliente” y la resumimos a dinero, presión o hasta aburrido, pero si comenzamos a cambiar esa palabra ya transformarla en un sinónimo de colaboración, ayuda, beneficio mutuo y constante, podríamos generar un gran valor en nuestro trabajo y día a día. Si llevamos esto al contexto empresarial donde debemos medir y dar resultados con clientes que ya no solo son una persona si no una empresa debemos pensar que el servicio que estamos prestando debe estar enfocado en la necesidad y el bienestar de las personas que lo van a consumir.

Las estrategias que el marco de trabajo DevOps propone centran a cliente en una retroalimentación constante (temas que vienen desde los marcos de trabajo ágiles) y que el cliente en todo momento sienta que de manera gradual ve como su producto mejora y es más fuerte (el famoso tiempo de comercialización).

Es muy importante también mencionar que con todo el trabajo tecnológico que trae DevOps se aumentan las capacidades de entrega rápida en los proyectos lo que elimina los famosos desperdicios “overprocess”, “waiting”, “defects” entre otros (el trabajo TIMWOOD que viene desde INCLINARSE).

En conclusión, creemos que una de las enseñanzas más grandes que tenemos con DevOps es que siempre la tecnología y las herramientas nos darán las bases para lograr cosas increíbles, pero siempre y cuando no olvidemos el valor que estamos entregando a la humanidad «nuestros clientes».

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